El ACV es un proceso objetivo para evaluar las cargas ambientales asociadas a un producto, proceso o actividad. Consiste en realizar un balance material y energético del sistema a estudiar cuantificando los vertidos al entorno, para poder determinar el impacto ambiental que producen el uso de los recursos y los vertidos y así poder evaluar y llevar a la práctica estrategias de mejora ambiental. El estudio incluye el ciclo completo del producto, proceso o actividad, siguiendo todas las etapas: extracción y procesado de materias primas, producción, transporte y distribución, uso, reutilización y mantenimiento, y reciclado y disposición del residuo.
A partir de aquí, se trata de rediseñar los productos bajo el criterio fundamental de que los recursos energéticos que disponemos y las materias primas son limitadas. En definitiva, el ACV se puede utilizar como: