El sector de la vivienda y los servicios absorbe aproximadamente el 40% de la energía primaria en la Comunidad Europea, por ello las normativas europeas han tratado de incidir sobre el consumo energético en las construcciones.
La Certificación de eficiencia energética de los edificios es una exigencia derivada de la Directiva 2002/91/CE, que tiene como objetivo fundamental la eficiencia energética de los edificios y obliga a los estados miembros a que todo edificio vaya acompañado de un certificado de eficiencia energética. Ésta directiva se transpone a través del RD 47/2007 por el que se aprueba el Procedimiento básico para la certificación de eficiencia energética de edificios de nueva construcción, además de la aprobación del CTE y la realización de modificaciones al RITE.
Este certificado consiste en una etiqueta que representa la calificación energética (de la A, edificios más eficientes, a la G, edificios menos eficientes). Junto con la letra, se indican las emisiones anuales de CO2 y el consumo de energía primaria.